Seguro muchos aprovecharon para viajar, pero la verdad todavía mi billetera está media resentida por los pagos y gastos, así que había que ingeniárselas dentro de la ciudad nomás. Tampoco tenía un plan muy elaborado de entretenimiento, más bien eran actividades en las cuales quería participar aprovechando que iba a estar libre: como un especial de semana santa en la iglesia, una maratónica de películas en casa, un cumpleaños de uno de los amiguitos de mi hijo, lavar un poco de ropa que estaba rebasando la canasta de la lavandería, una salida a almorzar con la family y cosas así. El resultado fueron unos días para disfrutarlos con mis amores locos paseando por Lima, comiendo rico y tirarnos panza arriba a marmotear todo el día... jeje.
Ayyyy que rico es tener unos días para no pensar y ser feliz!!!... y de aquí hasta los feriados patrios (fuerza cerebro mío, fuerza... jejeje).