El domingo en la noche, como para bajar las revoluciones del fin de semana, vimos en casa "Olé, el viaje de Ferdinand" , una película animada divertida sobre un toro y su negativa a vivir el destino violento y de muerte que tienen los demás toros. La verdad es una película ágil y graciosa como para ver con niños y de un tierno mensaje, y aunque no es la primera vez que la vemos, algo me dejó pensando.
En parte de la trama Ferdinand (el personaje principal) quiere recuperar su libertad y en el camino llevar a sus amigos a conocer esa libertad, y eso fue lo que llamó mi atención, como el argumento de una película para niños nos recuerda una gran verdad: "Sólo el que ES LIBRE, puede guiar a otros a la libertad". La libertad nos permite actuar sin temor, estar seguros de quiénes somos, tener definida nuestra identidad, saber en qué creemos y defender lo correcto aún a pesar del riesgo. En la práctica los seres humanos hemos aprendido a crecer y lograr varias cosas elogiables que consideramos como éxito, pero si vemos muy dentro, cada uno conoce y sabe aquello que "no lo deja ser libre" del todo. Algunos podemos guardar temores, baja autoestima, dolor, resentimiento, falta de autocontrol, vicios, experiencias que nos marcaron e infinidad de cosas que tal vez se han vuelto nuestras "cadenas" personales. Tal vez pensamos que no son graves, pero si son un freno para sentirnos completamente libres es porque se han vuelto una atadura en nuestras vidas, y aunque hemos aprendido a vivir con ellas y a manejarlas, no nos permitirán ser libres realmente.
Hay un versículo que dice: "Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres." (Juan 8:32), y aunque es muy conocido muchos lo usan sólo para referirse a la mentira y como hay libertad cuando esta se ve descubierta. Pero textos más abajo se habla sobre conocer LA VERDAD que es Cristo, el único que puede dar libertad genuina - " Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres." (v. 36). Y es que no hay nadie que pueda borrar nuestro pasado, pero con Cristo tenemos la confianza de que su amor puede restaurar aún lo que parecía imposible. Su salvación es inmediata cuando le dejamos entrar en nuestras vidas, pero es cuando bajamos nuestras defensas para dejar que Él obre (aún esas áreas profundas de nuestro corazón y mente) cuando empezamos a sentir como aquellas cosas que estaban tan arraigadas en nosotros, se empiezan a disipar y a ser remplazadas por las verdades de Dios. Pareciera no ser tan sencillo, hemos vivido con nuestras "cadenas" por taaaaanto tiempo, pero Cristo es capaz de hacerlo.
Y quien es libre realmente puede llevar a otros a conocer esa libertad... como Fedinand, él conocía la libertad real y ya no se confirmaría con menos, y era su anhelo que sus amigos conocieran esa hermosa realidad. Alguien que es libre de sus "cadenas" está listo para ayudar a otros, así que si has experimentado LA LIBERTAD no la disfrutes solo, dala a conocer que aún hay muchos "toritos cautivos" por allí 😉.
"Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y,
donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad."