La intención era que nuestro hijo pudiera ver de cerca a los animales que hasta ahora sólo conoce por televisión, pero debo admitir que la más emocionada era yo tomándole foto a cualquier animalito, y es que mi última visita al Parque de las Leyendas fue hace unos 14 ó 15 años atrás, allá por el 199...ufff!!!. Las cosas dentro del Parque han cambiado desde que yo era niña, han modernizado muchas áreas y las cosas están más organizadas dentro como para visitar todo de manera más coherente; pero hay cosas que siguen igualitas como el puente colgante, las familias sentadas en las áreas verdes jugando a la hora del almuerzo, los vendedores de la entrada que te venden desde gorros hasta cochecitos para tu bebé y el mandril renegón que debe tener cuchumil años.
En resumen, una tarde linda en familia paseando hasta que nos empezaron a doler las patitas...jeje.
La Bechi.
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