jueves, 27 de febrero de 2014

Paracas en un "luxury trip"...

Y cómo que nos gustó esto de viajar, así que agarramos nuestras pilchas y nos fuimos a Paracas!!!

Esta vez madrugamos para llegar a la agencia a tiempo, pero valió la pena porque fuimos recontra cómodos, este nuevo servicio de pantallas independientes en los asientos es genial, porque cada uno feliz viendo la peli que más le atrajo y todos tranquis.
Llegamos por fin a Paracas y bajamos en un terminal muy distinto al de Lima  (allí si que nadie se le ha ocurrido invertir...plop), pero el sol nos recibió con toda su alegría y furor... un calor!!!. Cómo ya hacía hambre, de frente a hacer una parada para comer frente a la playa, para variar los precios son como para turistas... osea igual que en Lima, pero la comida buenaza, además hay un montón de restaurantes para elegir el mejor precio y sabor. Yo feliz con mi ceviche de pejerrey recontra picante, y de show la voz de un niño que se acercó a cantar, pero que seguro si lo escuchan Kalimba y Eva Ayllón lo nombrar en una en el ganador de la Voz Kids, en serio cantaba mismo profesional. Después de caminar un rato nos fuimos por fin al hotel Luxury Paracas a registrarnos, y... Oh my God!!!, que hotel para más lindo y tranquilo. A mí la verdad me gusta la arquitectura antigua, y esos lugares que tienen algo de colonial, pero este hotel con su modernidad y todo estaba lindo y el personal era recontra amable. Un golazo fue el salón para niños, donde podían jugar, crear cosas, pintar, hacer mini tours, etc. Y para los adultos, un spa dónde tenían de todo, obvio que ni se me ocurrió usar el gimnasio ya que este viaje era para vagar. Sus restaurantes tienen una carta muy buena, pero también cara, pero vale la pena darse un  gustito aunque sea en el bar lounge para ver el mar de noche y conversar. Mi esposo fue el único que se animó a usar el servicio de deportes acuáticos, yo feliz en la piscina. Y bueno, las puestas de sol eran ese toque especial que te hacía sentir de lo más lejos de casa pero feliz.

 
 
 
 


 

 


Así que pasamos unos días de relajo full, especialmente si eres una mamá que vacaciones es sinónimo de aprovechar el tiempo en casa para lavar, limpiar, cocinar, etc, etc... estar libre de atender quehaceres porque hay alguien más que lo haga, es el paraíso (jajaja...la más vaga).

lunes, 24 de febrero de 2014

Un "veloz" viaje por Tortugas...

Por fin un viaje!!!... y aunque fue chiquito, tuvo su encanto salir a la aventura y visitar esta pintoresca playa norteña. La verdad, este fue un viaje de reencuentro con los "años maravillosos" de mi esposo y su chiquititud, pero para mi era la primera vez en Tortugas y fue todo un descubrimiento encontrar un balneario con ese encanto de haber permanecido en el tiempo. Y no es que se haya quedado olvidado, pues hay muchas casas modernas que ahora bordean la playa, y el alumbrado público hace que la vida nocturna se sienta los fines de semana... pero sigue pareciendo que aún es un lugar "tranquilo" para escapar. Y seguro debe ser por las rayas que te dan la bienvenida con un picotón cuando entras al agua (cosa que me advirtieron muchas veces), o el que todavía haya que comprar agua de los camiones cisterna (llamada de atención al alcalde de la región... ya pues!!!).

En este viaje la medalla de honor se la lleva mi cuñado por manejar tantas horas con el calorsazo que hay en el norte. Y mención honrosa para mi esposo que fungió como copiloto haciéndole la conversación a su hermano para que no se duerma,... jajaja!!!, lo bueno es que llegamos vivos.
Nos hospedamos en un hotel en la parte sur del balneario, un poco antigüito pero con una vista hermosa, así que nos sentíamos en plena Grecia con nuestro hotel de paredes blancas y balcón frente al mar. La comida no era tan barata, casi casi igual que en Lima, pero si bien servida y con pescado recontra fresco recién salidito del mar. Allí nos alegró la tarde una cremolada de pura fruta, y una metida "flash" en el mar que a pesar de ser bien tranquilo es muy frío. La playa es de piedras, así que es necesario usar zapatillas de playa porque sino te cortas las pezuñitas tratando de salir del agua (esta fue la advertencia que nadie me hizo). Lo lindo, ver a mi suegra que se reencontraba con amigos de hace años, y a mi hijito correr a la playa a buscar caracoles y cangrejos. El contratiempo un pequeño lapsus-brutus con la llave del carro, pero bueno queda como anécdota de viaje... jeje. En resumen, un viajecito de lo más chulo...








Y si, salgo bien flaca pero créanme que no debería estar así con todo lo que comí...jeje.