Empecemos por decir que fue tanta la emoción que llegamos media hora tarde (plop!), pero menos mal no había comenzado porque la mayoría de padres también llegaron corriendo con los niños de un brazo y los disfraces del otro. Ya en el auditorio eso parecía una conferencia de "fans" esperando el concierto... filas enteras con la mamá, papá, tíos, abuelos, primos, nanas, etc. haciéndole barra a cada pequeñín; y por supuesto nosotros también fuimos con toda nuestra barra (sólo faltaron las pancartas y cuetones). Se abrió el telón y salió mi hijoooooo!!!, bailando con sus compañeritos música de la selva, todos bien caracterizados y sorprendentemente tranquilos daban saltitos por el escenario. Claro, abajo nadie escuchaba la música porque todos decían: "¡¡¡bebé, mira por aquí!!!, ¡¡¡aquí estamos!!!, ¡¡¡que lindos!!!" y otras cosas que decimos los padres con babero sin tener en cuenta que podemos arruinar las cuchumil horas de ensayo que han tenido las pobres profesoras para sólo dos minutos de presentación (jeje). Después salieron todos sentados y con sus disfraz de patitos para cantar y tocar panderetas... de lo más lindo!!!, y coincidencia que la canción que tocaron fue una que mi hijito conoce desde chiquititito. Ya después fuimos al "backstage" (jajajaja... a lo gran show) para recoger al artista y hacerle su mini sesión de fotos antes de quitarle su traje de ñañito...
Fue un día lindo y el lanzamiento oficial al estrellato de mi bebé... claro, sólo si él quiere (jajajaja!!!).
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